Blogia
altermediainsolito

Historia de Un Amor Prohibido

Amor en el asilo, amor prohibido

 

 

EL ROMANCE NO TIENE EDAD

 

Irma, una anciana separada de su amor en Bolivia.

Irma confiesa que "como Romeo y Julieta" no pensaron en las consecuencias de su amor.

Un amor contra viento y marea es el que une a una pareja en Bolivia que se enamoró hace dos años y medio en un asilo de La Paz.

Hace dos meses tuvieron que abandonar la casa de acogida por la presión de las reglas, que no permiten a sus internos hacer demostraciones públicas de su amor, según le contó a BBC Mundo Irma Rodríguez, de 73 años, la mujer que dice sentirse "como una adolescente" después de haber conocido a Jorge Carrillo, de 63 años.

Ella vivía en el pabellón de mujeres del asilo San Ramón de La Paz, mientras que Jorge ocupaba una habitación en el pabellón de hombres del mismo centro.

Ambos se veían diariamente a la hora del café y, una vez al mes, cuando salían a cobrar la pensión gubernamental para ancianos, compartían un almuerzo o un helado en la calle. Después de la cita romántica, uno de ellos se adelantaba para llegar al hogar sin despertar sospechas.

Todo iba bien hasta que un día, la encargada del hogar reclamó a Irma por un beso que le dio a Jorge en el comedor. Irma dice que la administrativa les increpó para que no volvieran a hablarse, pero eso era imposible.

 

La hermana Nazaria, del hogar San Ramón, le dijo a BBC Mundo que no se permite que surjan parejas en el asilo "porque sería un caos", pero admite que esta regla no está escrita.

 

Luis Estrada, un anciano que vive ahora en San Ramón, argumentó que "no está permitido (el romance) porque sería una falta de respeto".

  Aislamiento

Irma, que tiene un carácter fuerte, y lo admite, dijo haber "mandado al diablo" a la responsable del hogar.

Luego, los incidentes se fueron sumando hasta que un buen día a Irma le dio un ataque de celos que le llevó a darle una bofetada a su amado.

Jorge habría sido castigado con el aislamiento, lo que, a decir de Irma, provocó un profundo dolor a ambos.

Un buen día de mayo de este año, Jorge tomó sus cosas y se marchó del asilo. Irma no pudo soportar la pérdida e hizo lo mismo tres días después.

Antes de salir, según dijo Irma, ambos fueron obligados a firmar un documento en el que dicen que se van por su propia voluntad y que no regresarán jamás.

 

Tanto la hermana Nazaria como Estrada aseguran que Carrillo y Rodríguez se fueron "por su voluntad", incluso la hermana dice que Irma era tan conflictiva que llegó a golpear a cinco ancianas.

 

Ambos dicen que los 284 ancianos y ancianas que viven en San Ramón desean que Irma no regrese al hogar.

Romeo y Julieta

Irma confiesa que "como Romeo y Julieta" no pensaron en las consecuencias. Una vez fuera, se volvieron a encontrar y con los pocos ahorros que tenían vivieron de alojamiento en alojamiento.

Yo no lo quiero dejar ni él tampoco porque yo me moriría. Yo lo quiero, señorita. Yo lo quiero. No sé qué hacer, es el único ser humano que me quiere

Irma

Irma había vivido en Argentina durante 50 años, por lo que trató de regresar a ese país para conseguir un asilo en Buenos Aires, pero esta vez acompañada de Jorge. Como él no tiene más documentos que los bolivianos, el plan fracasó.

Entonces, se fueron a Cochabamba para tratar de conseguir otro asilo donde vivir. Sin lograrlo y con los ahorros llegando a su fin, ambos tuvieron que vender hasta sus relojes para regresar a La Paz.

"Había sido más pobre que el diablo. El probrecito no tiene ni para comprar una pastilla que toma para la úlcera, pero así lo quiero", dijo Irma.

Una vez en La Paz, Irma recurrió a una radio local para pedir ayuda, por lo que su historia terminó siendo pública.

El periodista Eddy Andrade le contó a BBC Mundo que contactó a Irma con el Servicio Departamental de Gestión Social, cuya directora, Miriam Cope, derivó a Irma al hogar Quevedo, que es exclusivamente de mujeres.

Entretanto, Jorge regresó con sus familiares.

BBC mundo habló con Nora, una prima de Jorge, quien dijo que él fue recriminado por sus familiares por haberse involucrado en una historia de amor. Además, contó que otros parientes se lo llevaron a la región boliviana de El Alto para acabar con esta historia.

"No puede hablar" Irma, una anciana separada de su amor en Bolivia.

Irma y Jorge vivieron de aventura en aventura en las calles de La Paz y Cochabamba.

En el hogar Quevedo, BBC Mundo habló con Irma. Mientras manteníamos la plática se acercó un policía que le dijo a Irma que no podía hablar y que, viviendo ya en el hogar, estaba bajo la responsabilidad de sus administradores.

Persuadimos al policía de que nos dejara charlar, pero en seguida vino una encargada del hogar, quien nos reiteró la orden de poner punto final a la entrevista.

Irma atinó a decir que está "embromada". Se llevó las manos a los ojos y lloró mientras dijo: "Yo no lo quiero dejar ni él tampoco porque yo me moriría. Yo lo quiero, señorita. Yo lo quiero. No sé qué hacer, es el único ser humano que me quiere".

Luego Irma regresó a su habitación y dijo que Jorge quedó en volver a verla al hogar, pero no sabe si eso ocurrirá porque ninguno tiene teléfono celular para comunicarse. Hasta eso vendieron cuando vivieron de aventura en aventura en las calles de La Paz y Cochabamba.

Miriam Cope señaló a BBC Mundo que ordenó una investigación para determinar los motivos por los que Irma salió del hogar San Ramón, mientras que una profesional del hogar Quevedo dijo estar planeando la forma de que Jorge e Irma vivan juntos porque "habían tenido una relación".

    Y  final feliz

 

 

 

La agenda de Irma (73) y Jorge (63) es tan apretada que es casi imposible concertar una cita con ellos. Y no es para menos: este miércoles se casan en La Paz, Bolivia, y están muy ocupados con el vestido, el pastel, los aros y los invitados.

Irma y Jorge en la peluquería

Preparativos en la peluquería.

 

Hace exactamente un mes, estos ancianos enamorados sufrían porque habían sido retirados del asilo donde vivían por haberse convertido en pareja y por haber vulnerado reglas no escritas de la institución.

 

Después de que BBC Mundo y otros medios locales publicaran su historia, las puertas empezaron a abrirse para esta pareja.

clic Lea: Amor en el asilo, amor prohibido

 

De haber estado separados, sin verse y sin dinero ni para hacer una llamada telefónica, ahora se aprestan a ser protagonistas de una boda televisada y con patrocinadores.

Casa y fiesta

 

La Prefectura del departamento de La Paz empezó a facilitar las cosas cuando habilitó una habitación independiente en el tercer piso de un asilo de ancianos para que la pareja comparta su vida.

 

Luego, los presentadores de la red de televisión Unitel se ofrecieron como padrinos de la boda, mientras que una pastelería, una joyería, una sastrería y una peluquería son los padrinos de pastel, aros, vestido y de arreglo personal, respectivamente.

 

Fue precisamente en la peluquería donde BBC Mundo logró entrevistarlos y tomarles fotografías, en medio de los ajetreos de la boda.

"Dios me ha premiado"

 

 

A Jorge le brillan los ojos cuando habla de Irma. "Irma es un ser con el que Dios me ha premiado", dice, y luego cuenta cómo ha logrado vencer los obstáculos que se le presentaron en el camino.

Beso

No hay edad para el amor.

 

 

Pese a que faltaban sólo unas horas para la boda, Jorge Carillo e Irma Rodríguez seguían viviendo separados hasta este martes, pues no encontraron un asilo que los recibiera juntos.

 

Irma, que tiene la picardía dibujada en los ojos, dice que, de todas formas, se escapaba del asilo para ir a ver a Jorge.

 

Finalmente, encontraron la solución casándose. La boda será civil y religiosa y promete una gran concurrencia porque los medios siguieron esta historia hasta su desenlace.

Una reflexión

 

Irma está tan emocionada con los preparativos que sólo quiere hablar de la fiesta, pero Jorge se detiene un momento y lanza una reflexión.

 

"Quisiera que los que nos pasó sirva de ejemplo para que los demás ancianos puedan ser felices. No se les puede prohibir", recomienda.

 

Aprovecha la ocasión para enviar un mensaje a las religiosas que se negaron a aceptar su relación con Irma. "Ellas, que son religiosas, que se conmuevan, que no sean hipócritas ante Dios", dice.

 

La alimentación de Irma y Jorge correrá por cuenta del asilo Quevedo y los gastos personales de ambos serán solventados con los 28 dólares que cada uno cobra mensualmente al Estado. Es la Renta Dignidad que reciben todos los ancianos de Bolivia, estén enamorados o no.

0 comentarios